CAPÍTULO 5 -
EJERCICIOS PLEYADIANOS PREVIOS
1º PARTE: LIMITES SALUDABLES
Este capítulo, como su nombre indica, te preparará para los
Ejercicios Pleyadianos de Luz de los que trata el resto del libro.
Al actuar los Ejercicios Pleyadianos de Luz en los cuerpos de
energía sutil, despejando emociones y bloqueos antiguos de energía,
así como energías de otras personas que hayas podido absorber, es
esencial que primero conozcas ciertas herramientas psíquicas básicas
de cuidado personal.
No esperes por lo tanto pasar
rápidamente esta sección del manual. Te será de ayuda leer los
procesos antes de realizarlos. A veces necesitarás trabajar un
proceso unos días, antes de pasar al siguiente. En particular,
después de despejamientos intensos necesitarás un tiempo de
asimilación.
La información de este capítulo puede resultar familiar a algunos.
En este caso hojéalo hasta encontrar algo nuevo o diferente de lo
aprendido hasta ahora. Compara los procesos con los anteriores para
encontrar cuál es mejor para ti. Es importante que seas capaz de
usar las técnicas, o equivalentes, rápida y eficazmente cuando
llegues al próximo capítulo.
Conexión a la tierra
Aunque conexión a la tierra es un término usado con frecuencia en
grupos espirituales y de sanación, significa cosas distintas para
mucha gente. Para algunos puede significar ser conscientes de sentir
los pies en la tierra, o puedes relacionarlo con lo que sientes al
estar en la naturaleza. En esencia, estar conectado a la tierra
significa estar en el cuerpo, consciente de lo que te rodea y
presente y disponible para lo que ocurra.
La técnica utilizada en este capítulo
para conectarse a la tierra consiste en la vi sualización que
consigue acercar más al cuerpo la presencia espiritual y la
conciencia. Muchas de las personas iniciadas en la espiritualidad
que meditan a menudo, así como otros que todavía no han fortalecido
su conciencia, no han aprendido a conectarse a la tierra, tendiendo
así a vagar por el éter encima del cuerpo. Si eres uno de ellos,
puedes acabar muy propenso a absorber energía extraña energía de
otras personas u otros entes. En el mejor de los casos, aun no
siendo una esponja psíquica, no puedes expulsar bien del cuerpo las
emociones o el karma si no estás en tu cuerpo.
El enfoque espiritual pleyadiano incluye la iluminación y/o
ascensión del cuerpo entero y a nivel celular. El objetivo no es
abandonar el cuerpo y trascender el plano físico; la meta es
trascender la creencia en y el miedo a las limitaciones de lo
físico. Se consigue descendiendo espiritualmente a la materia con el
objetivo de despejarte de energías de baja frecuencia tales como
emociones reprimidas, sistemas de creencias, juicios, control y
otras energías contraídas que son fuente de limitación en la tercera
dimensión. Cuando lo consigues, permites que el Yo Superior se
mezcle contigo como fue el caso del Cristo, Quan Yin y Buda. Esto se
traduce no en un escape sino en una iluminación o ascensión de todos
los chakras a nivel celular.
Esta meta espiritual requiere que te encuentres en tu cuerpo y por
eso existe la necesidad de conectarse a la tierra. La técnica usada
para conectarse a la tierra es la siguiente:
-
Siéntate en una silla cómoda con
la espalda relativamente derecha, los pies en el suelo sin
cruzar ni pies ni manos y los ojos cerrados.
-
Mediante la respiración atrae la
mayor intensidad posible de tu presencia consciente hacia el
centro de la cabeza. Deja marchar los pensamientos perdidos
que inhiben este proceso hasta que te sientas centrado.
-
Ahora, realiza un par de
respiraciones profundas. Fíjate hasta qué punto se expande
el cuerpo al respirar, ¿qué zonas no se expanden?
-
Expande conscientemente más
partes de tu cuerpo con la respiración hasta que inhales
profundamente sin tensión ni incomodidad. Hazlo de dos a
cuatro veces hasta que te sientas más vivo y presente en tu
cuerpo.
-
Siente los pies en el suelo.
Utiliza la respiración hasta que los pies parezcan vivos.
-
Sólo hombres: fija tu conciencia
en el primer chakra, a la altura de la rabadilla. Visualiza
un tubo o cordón espiral de luz de unos 10 a 15 cm de
diámetro acoplado al primer chakra. (Ver ilustración la en
la página 116)
Sólo mujeres: fija tu conciencia en el segundo chakra, a
medio camino entre el ombligo y la base de la espina dorsal.
Visualiza un tubo o cordón espiral de luz de unos 10 a 15 cm
de diámetro acoplado al segundo chakra. (Ver ilustración 1b
en la página 117.)
Hombres y mujeres: sigue con la vista este cordón de
conexión e imagínalo prolongarse hacia el interior de la
Tierra mientras la conciencia permanece en el centro de la
cabeza. Mira cómo el cordón atraviesa las capas terrestres
hasta que llega al centro del planeta donde se sitúa el
núcleo magnético o centro de gravedad. Puede que veas o
sientas que se ancla el cordón de conexión sin poder ver más
allá.
-
Tómate de medio a un minuto para
respirar suavemente, sintiendo los cambios en el cuerpo y la
conciencia. En algunas ocasiones, clientes o alumnos han
experimentado dolores o palpitaciones cuando se conectan por
primera vez. Algunos hasta han experimentado emociones
ocultas que salen a la superficie. Si te ocurre esto, ten en
cuenta que ese dolor, ya sea físico o emocional, es en parte
la razón por la que no estabas conectado a la tierra, ya que
el ser humano tiende por naturaleza a evitar sensaciones
desagradables. Sin embargo, como ser consciente de un
problema es el primer paso para sanarlo, explora tus
sentimientos con libertad y curiosidad mediante la
respiración en lugar de contraerte o huir de ellos. Libérate
de los juicios y el miedo a sentir e intenta asumir una
actitud gozosa ante tu propia toma de conciencia de la
necesidad de atención de esa área del cuerpo o esas
emociones.
Dirige la respiración hacia la zona molesta. Lo normal es
que sientas un alivio rápido. Si no es así, podría ser
indicio de un problema crónico para el que necesitarás ayuda
a no ser que sepas tratar ese tipo de situaciones. A lo
largo del capítulo se proporcionarán más técnicas de
despejamiento.
Si no experimentas molestias, puede que tengas cierta
sensación de estar más presente y ser más real. Puede que te
sientas relajado y el cuerpo un poco pesado al rato de tener
enfocado el cordón de conexión.
-
Cuando te acostumbres al cordón
de conexión, visualiza un cambio de color en el cordón.
Contempla el espectro completo de colores y varía los tonos
y texturas de cada color. Que sea divertido. Mantén lo
suficiente cada color notando el efecto sobre ti mismo en
cada cambio. Explora todos los colores que se te ocurran
además de los que se presentan aquí.
Empieza con los azules; cambia el color del cordón a azul
pálido, luego a azul intenso, a azul marino, a azul verdoso
y, finalmente, a azul cobalto.
Añade un poco de verde al azul y visualiza el cordón de un
turquesa intenso, luego aguamarina pálido. Experimenta con
los verdes: un verde pastel, un verde esmeralda, un verde
selva, un verde oliva, un verde hierba, un verde amarillento
pálido.
Después, visualiza los amarillos: amarillo pastel, amarillo
brillante, amarillo dorado y amarillo mostaza. Ahora
contempla tonos de naranja: naranja amarillento pálido,
melocotón, naranja brillante como la fruta, salmón, óxido y
naranja rojizo.
FIGURA 1a:
El cordón de
conexión masculino se extiende desde el primer chakra hasta
el centro de la Tierra
FIGURA 1b:
El cordón de
conexión femenino se extiende desde el segundo chakra hasta
el centro de la Tierra
Visualiza los rojos: rosa
pálido, rojo clavel, fucsia, rojo vivo, rojo sangre, granate
y rojo violeta.
Ahora los violetas: azul lavanda, azul real, azul uva y azul
violeta.
Luego intenta los blancos: blanco puro, blanco con destellos
de luz, nacarado o perla, y crema.
A continuación, visualiza los tonos marrones: tostado,
camello, chocolate, caramelo, marrón grisáceo como la
corteza de un árbol.
Deja los colores metálicos para el final: plateado metálico,
dorado metálico, cobre, platino y finalmente mezcla de plata
y oro.
Encontrarás que algunos colores tranquilizan y calman y
otros te hacen sentir más fuerte y más seguro de ti. Algunos
colores te ayudarán a sentirte más en tu cuerpo mientras
otros son desagradables y no favorecen la conexión.
Encuentra los que te gusten y haz una lista comentando lo
que te hacen sentir o, si tienes buena memoria, toma nota
mentalmente.
-
Cuando termines de recorrer los
colores, decide cuál quieres ahora. Elimina el primer cordón
tirando de él hacia abajo y dejándolo caer hacia tierra.
Ahora proporciónate un nuevo cordón del color elegido y
envíalo al centro de la Tierra.
-
Abre los ojos.
A partir de este instante, si te
despiertas cansado y gruñón, puedes usar el color del cordón que te
haga sentir más ligero y activo. Si te encuentras pasando una época
de dudas y falta de confianza puedes utilizar el color del cordón
que te proporcione más cualidades positivas.
La conexión a la tierra no va a solucionar todos tus problemas ni va
a hacer que desaparezcan los estados emocionales desagradables pero
te puede ayudar a pasarlos más rápida y fácilmente. Saber qué color
es mejor y para qué situación, te ayudará a mantenerte conectado y
serás capaz de superar los momentos en que querrías abandonar.
Durante una semana aproximadamente empieza cada mañana
desprendiéndote del cordón anterior y tomando uno nuevo. El color
puede ser igual o distinto al anterior, de acuerdo con tus
necesidades. Repite el proceso tantas veces como te acuerdes. Aunque
al principio sean cincuenta veces al día, aunque estés paseando por
la calle, o en el trabajo, crea un nuevo cordón. Cuanta más energía
de pensamiento pongas en crear algo, en algo más real y duradero se
convertirá. Lo harás con tal facilidad que podrás realizarlo con los
ojos abiertos trabajando, paseando o estando dentro del coche.
Al cabo de aproximadamente una semana serás capaz de conectarte a la
tierra por la mañana y lograr que te dure más. Con hacerlo una vez
al día puede ser suficiente. Estarás tan familiarizado entonces con
la diferencia entre estar conectado o no conectado, que sabrás
cuándo necesitas reemplazar el cordón.
Mi experiencia personal y en la enseñanza a muchos alumnos no me ha
hecho creer que el concentrarse durante una semana en conectarse a
la tierra sea opcional -aunque algunos tengan tendencia a
saltárselo. Aquellos que realizan esta semana de forma consistente
se sienten más conectados a la tierra, más presentes y disponibles
para la vida y la sanación que aquellos que se han mostrado menos
diligentes.
Aquellos que se salten este paso pueden
encontrarse con que el proceso de sanación dure más, que sus
desarreglos emocionales se extiendan más en el tiempo y que su
percepción sensorial plena les sea menos útil y accesible. Por ello
insisto en que sigáis el proceso hasta que os resulte automático.
Después de realizar la meditación conectiva, como se detalla en los
pasos del 1 al 9, no es necesario repetir toda la secuencia de
colores a no ser que exista una razón personal para ello. Esa parte
del proceso sólo tiene por objeto la identificación de los mejores
colores para la conexión. Mi anécdota favorita sobre la conexión a
la tierra ocurrió en una clase de meditación para niños que impartí
hace unos años. Después de realizar la meditación de conexión que
necesariamente tuve que abreviar, pedí a cada niño que expresara al
grupo lo que sentía al estar conectado. La primera respuesta fue la
de un niño de tres años y medio que dijo: «Es como mi mamá».
Otro niño de la misma edad respondió:
«Se siente como en una tienda de
salud, como algo bueno». Hizo una pausa, se movió un poco y
añadió: «No sé si me gusta o no».
El resto de los niños dieron su versión
de la conexión hasta llegar a la última, una niña de siete años que
no quería hablar. Bajaba la cabeza hasta donde podía y parecía que
iba a llorar. Yo sabía que sus padres se estaban separando y
preparando el divorcio. También sabía que lo estaba pasando mal.
Dejé de mirar hacia ella y empecé a explicar al grupo cómo a veces
cuando te conectas a la tierra te das cuenta de que hay sentimientos
en ti de los que antes no eras consciente. Seguí diciendo:
«A veces son sentimientos de ternura
y de cariño, como los que ha descrito Elizabeth. Pero otras te
hacen daño, como cuando sientes tristeza o rabia. El truco no
consiste en hacer que desaparezcan, sino en seguir con ellos.
Respirad muy profundamente e intentad sentirlos más
intensamente. Entonces ocurre algo verdaderamente mágico.
Después de unos minutos sintiéndolo, habrá desaparecido el dolor
y ni siquiera sabréis cuándo se fueron. Os sentiréis bien de
nuevo. Pero si no seguís con ellos y los sentís hasta que se
vayan, se quedarán en el cuerpo esperándoos. De modo que es
mejor sentirlos ahora en lugar de temer que vuelvan».
La niña triste no dijo nada. Sin
embargo, después de unos diez minutos, cuando estábamos en medio de
otro proyecto, se incorporó y exclamó: «¡Se han ido!» Luego bajó la
cabeza con timidez al darse cuenta de que había gritado. Le pregunté
qué se había ido. Respondió:
«Los sentimientos, como tú decías.
Estaba muy triste, pero he hecho lo que nos decías».
Sus ojos estaban llenos de sorpresa y
hasta de una cierta reverencia -como si quizá la técnica, o el
profesor tuviera magia.
Unos días después llamó la madre de la niña para decirme que su hija
había llegado del colegio muy agitada. Cuando su madre le preguntó
qué le pasaba, la niña contestó:
«Tengo sentimientos, así que me voy
a mi cuarto a sentirlos».
Veinte minutos después salió de su
cuarto vestida para salir a jugar. Cuando le preguntó qué pasaba, le
contó a su madre lo que había aprendido en clase: esa forma mágica
de ordenar a los malos sentimientos que se fueran y no volvieran. La
buena voluntad de esa niña inocente fue un gran ejemplo para todos.
No tienes que esperar al siguiente si no quieres. Existe una
corriente natural y una relación complementaria entre la conexión a
la tierra y el despejamiento del aura.
Sanación y despejamiento duraderos del
aura
El aura es el campo de energía que se irradia alrededor del cuerpo.
Está creado por la producción de energía de los chakras; cada uno de
ellos contribuye a la sanación y el mantenimiento del campo áurico.
Cuando los chakras están mínimamente abiertos y/o dañados, el aura
puede mostrarse gris y débil. Por otro lado, si gozas de buena salud
y estás razonablemente abierto a tus emociones, tendrás unos chakras
más activos y abiertos y un aura más fuerte, vibrante y resistente.
Si tienes el aura contraída, se extenderá a sólo una distancia de 35
cm de tu cuerpo. Si tienes un aura demasiado extendida, puede
expandirse en un radio de unos 17 hasta 600 metros. Ninguno de estos
tipos de aura es el ideal. Un aura contraída tiende a hacer sentir
tensa a la persona, con miedo, separada. Este tipo de sentimientos
también pueden ser la causa de este tipo de aura.
Un aura extendida en exceso puede
desembocar en escapismo, dispersión y tendencia a absorber aquellos
pensamientos, emociones y dolor ajenos que se encuentren en el área
que cubre. Un aura demasiado extendida puede ser también el
resultado de los mismos sentimientos y situaciones que tiende a
causar. En otras palabras, la causa de un aura poco sana tiende a
regenerar las mismas condiciones que la han causado.
El objetivo es conseguir un aura ovoide y distribuida uniformemente
encima, debajo, detrás, delante y a los lados del cuerpo. Con la
práctica he llegado a la conclusión de que el radio de aura más
manejable mide de 60 a 90 cm en cada dirección, sobre todo en
público. Cuando estoy en un entorno natural, permito concientemente
que mi aura se expanda incluyendo bosques, lagos y arroyos a mi
alrededor.
Así se intensifica mi sentimiento de
conexión con Dios/Diosa/Todo lo que Es a través de la Creación. Me
siento en comunión con las plantas, el agua y los espíritus de la
naturaleza, me calma y sana mi sistema nervioso. Sin embargo, cuando
paso directamente de la naturaleza a la ciudad o a otras zonas
pobladas, siempre vuelvo a retraer el aura a unos 60 o 90 cm a mi
alrededor. Cuando se me olvida, no tardo en darme cuenta. Percibo
gratuitamente la vida de otras personas, a veces incluso su dolor.
Así que no suelo tardar en acordarme.
En mi propia casa, si no estoy con amigos o clientes, dejo que mi
campo áurico se expanda hasta donde sea cómodo. También mantengo la
casa muy despejada psíquicamente para sentirme bien en ella.
A continuación sigue el proceso para despejar y sanar el aura:
-
Conéctate a la tierra según la
técnica anterior.
-
Con los ojos cerrados siente el área
alrededor del cuerpo. Para empezar, haz que la respiración
llegue hasta unos 35 cm de tu campo áurico utilizando tu
intención. Al respirar dentro del área siente si tu aura está
contraída y espesa, débil y disipada o vibrante y blanda.
-
Mediante la respiración y la
visualización (escuchando un mensaje, utilizando la intuición)
observa hasta dónde se extiende el aura en dirección frontal.
-
Observa el ancho de tu aura a ambos
lados.
-
Ahora mira y siente el aura sobre la
cabeza y bajo los pies. Compara las dos áreas.
-
Utiliza la respiración, los
sentimientos, la visión y cualquier otra forma que te sea
natural para identificar el espacio que abarca el aura por
detrás. ¿Cómo está en relación con la parte frontal?
-
Ahora que ya conoces algo más sobre
la naturaleza del aura ajústala para que rellene exactamente un
radio de unos 60 a 90 cm en forma de huevo. Utiliza la
respiración, la visión y una intención despejada. Al principio
pueden resultarte útiles las manos para abarcar físicamente el
espacio alrededor del cuerpo y tirar o empujar el aura cuanto
desees. Para la mayoría, ajustar el aura significa retraerla y
definir los contornos. Los demás necesitarán empujarla para que
llene el espacio. Si eres principiante, puede que te resulte un
problema pasar el aura por debajo de los pies. En ese caso, la
práctica y la persistencia son los mejores antídotos.
-
Observa cualquier cambio de
sentimientos, sensaciones físicas y conciencia que traiga el
ajuste del campo energético a tu alrededor.
-
Ahora visualiza una lluvia de luz
líquida de oro que cae y atraviesa el aura. Deja que la primera
vez caiga de 2 a 5 minutos por lo menos. Nota lo maravilloso que
es. (Ver ilustración de la página siguiente.)
-
Después visualiza un fuego gigante
color violeta del tamaño del aura. Extiéndelo por toda el aura,
también bajo los pies. No destruirá nada, la llama violeta
simple mente transmuta las energías de baja frecuencia en
energías de mayor frecuencia, lo que constituye una forma más
natural de ser. Mantente dentro del fuego sólo de 1 a 2 minutos
si es tu primera experiencia con el fuego violeta. Esta técnica
te hará sentir más calor y energía. Si utilizas demasiado el
fuego violeta, puedes sentirte abrumado por la combustión de
antiguas energías etéricas. Así que al principio, tómatelo con
moderación; experimentando hasta encontrar tu nivel.
-
Cuando hayas concluido, elimina el
fuego violeta y abre los ojos.
FIGURA 2:
Lluvia de luz de
oro limpiando el aura
La mayoría de los que meditan dicen
sentirse más ligeros, más frescos, psíquicamente más limpios y más
brillantes al visualizar la lluvia por primera vez. Es una manera
simple pero efectiva de despejar cualquier energía o desecho extraño
que hayas recogido. También es buena para deshacerse de energías
liberadas de tu cuerpo durante una meditación o sanación.
La primera vez que utilicé estas técnicas, usé la respiración, las
sensaciones, la visión y la intención para hacerlo real y tan
efectivo como fuera posible. Puedes experimentar para descubrir qué
métodos te son más afines.
A continuación hablaré de la protección del aura. Sin embargo, antes
de seguir quiero dejar claro que estas técnicas no están de ninguna
manera enfocadas en crear un sentimiento de rechazo o temor hacia
las personas o el mundo. Desde luego, no intentan disuadirte de
intimar con otras personas. Sólo pretenden ayudarte a elegir lo que
dejes entrar en tu campo áurico y lo que no.
Si tu problema es que absorbes
indiscriminadamente la energía que flota alrededor te puedes pasar
la vida literalmente abrumado, emocionalmente desequilibrado,
confundido, con sensación de inutilidad. Lo sé porque he sido una de
las peores esponjas psíquicas que he conocido. Si estaba cerca de
una persona con dolor de espalda, puedes estar seguro de que también
me pasaba a mí. Cuando realizaba una sanación por imposición de
manos o simplemente abrazaba a un amigo, el otro se sentía mejor y
yo solía sentirme peor. Lo puedes llamar «el síndrome de vertedero
humano». Aprender a establecer los límites cambió literalmente mi
vida.
En recompensa por haber aprendido a establecer mis límites, ahora
disfruto intimando y compartiendo mi vida con amigos y seres
queridos. Ahora puedo entrar en un restaurante sin miedo a ponerme
enferma
o paranoica. De hecho, ya ni siquiera pienso en ello porque para mí
se ha convertido por fin en natural repeler las energías vibratorias
bajas y aceptar las divinas.
Llegar a este punto me llevó unos
cuantos años de mucha meditación, colaboración con el Yo Superior y
dedicación a mi plenitud espiritual. Todavía se me presentan a veces
ciertos intercambios kármicos con personas cercanas, pero ya no
pierdo ni mi tiempo ni mi energía procesando problemas no asumidos o
el dolor de Fulanito y Menganito.
Las siguientes técnicas intentan hacer que sepas cuáles son los
límites saludables aprendiendo a elegir lo que permites entrar en tu
cuerpo y campo áurico. Una de las mejores maneras que yo he
encontrado es extender el aura aproximadamente un metro en todas
direcciones. Luego rodea el aura de luz de diferentes colores según
las necesidades de protección de ese momento.
Después de atraer el aura y bañarla con una lluvia de oro, rodea
toda su superficie de una capa de 3 a 6 cm de luz solar dorada. Esto
hace que sane y se refuerce continuamente, puesto que el oro penetra
en los orificios del aura y ella misma tiende así por naturaleza a
sanarse.
El siguiente paso depende de lo que sientas. Si te sientes
vulnerable o más inseguro de lo normal, puedes añadir una capa azul
añil a la parte externa de la luz dorada. El sobrenombre del tono
concreto que buscas es «azul certeza» o azul auténtico. Este color
irradia una sensación de confianza y seguridad, lo que tiende por
naturaleza a repeler «rateros psíquicos». Con él también te sentirás
más seguro de ti mismo para estar alerta y mirar el mundo a través
de este color para el borde del aura.
Cuando no estés en casa o tengas visitas -sobre todo si recibes
clientes-es bueno mantener una capa de luz violeta en la parte más
externa del aura. Existen varias razones para ello; primero, como ya
he dicho, la luz violeta transmuta las energías a sus frecuencias
naturales superiores. Si estás trabajando con un cliente que de
pronto libera una gran cantidad de ira reprimida, la luz violeta
transmutará esa ira e impedirá que entre y dañe de alguna forma tu
campo áurico. Segundo, la luz violeta repele los parásitosastrales.
Éstos son entes etéricos que se alimentan de dolor y emociones
reprimidas.
Hasta que despejes tu campo de energía
de cualquier caldo de cultivo y alimentación de estos parásitos, es
sensato dejarlos fuera. Una vez despejes hasta cierto punto los
cuerpos de energía sutil y tu alma, chakras y Yo Superior empiecen a
irradiar luz, repelerán naturalmente a estos entes y energías de
baja frecuencia. Hasta entonces, estas herramientas de tratamiento
de límites te serán de mucha ayuda. ¿Por qué perder tiempo de
meditación y de vida en general procesando y despejando lo que ni
siquiera nos pertenece? El uso de herramientas de tratamiento de
límites es un ejemplo práctico de gracia.
Se recomienda incluir siempre la conexión a la tierra en la
meditación de la mañana, crear la esfera áurica y visualizar sus
límites teñidos con colores como los que acabamos de ver. Si no
tienes tiempo o no sientes la necesidad de pasar por las fases de
lluvia o fuego violeta, puedes saltártelas.
Los tres pasos restantes son lo esencial
en cuanto a límites y, una vez acostumbrado a ellos, te ocuparán muy
poco tiempo.
Sé dueño de tu ruta vertebral
Ser dueño de la propia ruta vertebral cumple diferentes funciones.
Primero, despeja energías extrañas de la zona de la columna así como
energías propias bloqueadas. Ello permite que tu ser habite esa
parte del cuerpo más plenamente. Igualmente importante, abre el
camino para que la energía cósmica y la fuerza vital fluyan
libremente en y a través de las rutas centrales del cuerpo, que a su
vez hacen girar los chakras. Ello facilita el despejamiento y la
apertura de los chakras.
Otro de los efectos de esta técnica es equilibrar el flujo
ascendente y descendente. Si eres una persona etéricamente
saludable, la energía cósmica y la fuerza vital están constantemente
fluyendo a través de la coronilla en forma de rayo de luz coloreada.
Cada uno tiene un rayo de un color
determinado que «hace fluir» durante toda la vida. Este rayo está
condicionado por el objetivo que pretenda alcanzar tu alma a través
de la encarnación y por las lecciones concretas que quiera aprender.
(The Seven Rays Made Visual de Helen Burmeister es un libro
excelente sobre este tema.)
A medida que la energía del rayo penetra tu aura y alcanza el chakra
exterior sobre la coronilla, gira alrededor de una serie de anillos
y entra en afinidad con tus necesidades actuales. Entonces entra en
el séptimo chakra o de la coronilla, llegando a una estructura en
forma de prisma situada en el interior de la parte superior de la
cabeza.
Allí se refracta descomponiéndose en
otros colores que se envían en sentido descendente hasta el punto
central del sexto chakra o tercer ojo. Parte de la energía vuelve a
girar, esta vez hacia el interior del sexto chakra, mientras que el
resto desciende a través de la ruta vertebral entre los chakras,
llegando hasta el área de la garganta. La energía continúa girando
en los chakras, descendiendo por la columna hasta la raíz o primer
chakra. La luz descendente es transducida en el corazón o cuarto
chakra en una energía, más en sintonía con el plano físico, que
tiene cierta cualidad ígnea.
En el primer chakra esta luz ígnea asciende en forma de remolino por
la ruta vertebral, haciendo girar a su paso cada uno de los chakras.
En el chakra del corazón se vuelve a transducir en luz cósmica para
luego continuar ascendiendo hasta que alcanza de nuevo la coronilla,
donde se vierte sobre el aura. El movimiento descendente de energía
en forma de rayos llena la parte subconsciente de cada chakra
situada en la parte posterior del cuerpo. El flujo ascendente gira y
se desborda penetrando en la porción consciente de cada chakra
situada en la parte frontal del cuerpo.
Todo el proceso funciona de forma continua, día y noche. Si
cualquiera de los chakras se parase completamente y fuera incapaz de
mantener el flujo de los rayos, el cuerpo moriría en unos tres días.
De ahí la importancia de mantener despejada la ruta vertebral.
La ruta vertebral es una de las zonas del cuerpo más susceptibles a
la posesión por parte de entes y al control psíquico procedente de
otras personas. La sanación o prevención de este problema son otros
beneficios de la técnica que expondré a continuación.
Para poder equilibrar el flujo de energía cósmica del cuerpo se toma
energía terrestre a través de las plantas de los pies. Tienes un
pequeño chakra situado en el centro de la planta de cada pie. Estos
chakras están para que te conectes con el planeta y el planeta
contigo gracias a un proceso de intercambio continuo similar al que
se da entre el chakra de la coronilla y la energía cósmica.
En muchas personas, los chakras de los pies permanecen inactivos a
todos los efectos. La Tierra ha venido asimilando una gran cantidad
de dolor a través del genocidio de las civilizaciones indígenas en
todo el mundo, la absorción de las emociones reprimidas por la
población humana, la casi inexistencia de celebraciones conscientes
y ritos de gratitud hacia la Tierra y sus dones, por no mencionar el
abuso indisimulado del propio planeta; debido a esto, la mayoría de
sus habitantes se encuentra aislada de esta fuente vital de
alimento, conexión y fuerza de vida.
Es más, la mayoría de las personas
iniciadas en la espiritualidad que he conocido y con quienes he
trabajado conscientemente, operan fundamentalmente a partir del
chakra del corazón hacia arriba. El resto de los chakras les siguen
funcionando básicamente en piloto automático, con poca o ninguna
comunicación con la Tierra.
A medida que te abres para recibir de nuevo la energía de la Tierra
es importante ser muy específico y claro en el intento.
Muchos tienen chakras activos en los pies pero absorben energías
oscuras acumuladas en el planeta en lugar de conectar con el ser
planetario de forma saludable y enriquecedora para ambos. Si eres
una de esas personas, será muy importante seguir el proceso para
tomar energía de la Tierra. Tendrás que comunicar con la Tierra como
el ser consciente que es.
Dándole las gracias y pidiendo
exactamente lo que quieres de ella. Tu salud y tu camino evolutivo
son inseparables de los suyos. Abrirse a la Tierra es más una
invocación a Gaia, la Tierra en tanto que Ser Sagrado, que una
técnica para obtener energía. Por ello, cuando se incluya operar con
la energía de la Tierra en el siguiente proceso, se dará a modo de
liturgia, sugiriéndose oraciones de gratitud para acompañar la
técnica.
Ver ilustraciones 3a y 3b en las páginas 132 y 133 antes de comenzar
el siguiente proceso.
Sigue los siguientes pasos para mantener la ruta vertebral despejada
y los chakras girando mediante el flujo de luz y energía cósmicas y
terrestres.
-
Conéctate a la tierra
-
Retrae el aura a 60 ó 90 cm en todas
las direcciones del cuerpo, sobre la cabeza, bajo los pies, a
ambos lados del cuerpo, delante y detrás en la forma ovoide que
ya conoces.
-
Comprueba los colores que tiñen el
límite del aura y renuévalos si es necesario.
-
Visualiza un sol dorado a unos
cincuenta cm por encima de la cabeza. Míralo cómo brilla
radiante.
-
Dirige un rayo o corriente de luz
solar hacia el chakra de la coronilla, situado en el centro de
la parte superior de la cabeza. Primero una corriente muy
pequeña como un hilo. Así descenderá fácilmente por el canal sin
atascarse en caso de que éste estuviera bloqueado.
-
Lleva la pequeña corriente de luz
solar al interior de la cabeza mediante la respiración, la
visualización y la intención. Dirígela hacia la parte posterior
de la columna justo debajo de la protuberancia occipital en la
base del cráneo. Ve despacio.
-
Continúa dirigiendo el flujo de luz
dorada todavía descendiendo lentamente por la parte posterior de
la columna hasta el primer chakra situado en su base.
-
Permite que un 10 % de la energía
descienda por el cordón de conexión llevándose cualquier energía
bloqueada. Como un desatascador cósmico.
-
Dirige lentamente el 90% restante de
la luz solar dorada en sentido ascendente por la parte delantera
de la columna.
-
Cuando la luz alcance el chakra de
la garganta (ver ilustración de la página 133) situado en el
centro de la misma, divídelo en tres partes iguales, luego haz
que dos partes desciendan por los brazos y salgan por las palmas
de las manos y que la tercera parte ascienda saliendo a través
del chakra de la coronilla. Habrá un continuo movimiento de
entrada y salida de luz dorada por el área de la coronilla con
el ir y venir de la corriente.
-
Cuando sientas la energía salir
suavemente por la palma de las manos y por la coronilla,
continúa visualizando la corriente descendente por detrás y la
corriente ascendente por delante de la columna. Cada vez que
repitas la visualización sigue el movimiento de la energía con
tu conciencia hasta que salga por las manos y la coronilla.
Repítelo varias veces hasta que se convierta en algo fácil y
natural.
-
Ahora, imagina un dial con las
etiquetas «manual» y «automático» superpuestas en el Sol. Mueve
el dial a automático y deja tu mente calma y serena.
-
Al mismo tiempo que mantienes el
flujo de energía cósmica en automático lleva tu conciencia hacia
las plantas de los pies. Saluda solemnemente a Gaia, la Madre
Tierra, dándole las gracias por todo lo que nos proporciona:
comida, refugio, ropas, coches, combustible que nos calienta,
agua para beber y lavarnos, flores y árboles que embellecen, la
creación del aire que respiramos y todo lo que nos sirve para
sustentar y mejorar la vida física, así como para alimentar el
espíritu.
Luego dile a la Madre Tierra que
prometes ocuparte siempre de ella y que la respetarás en todos
los sentidos; dile que sólo tomarás de ella lo que necesites y
que le corresponderás con tu amor y gratitud. Encuentra tu
propia y sincera manera de expresarlo. Luego pide a la Tierra
que te llene de su enriquecedora y cariñosa luz.
FIGURA 3a:
Flujo de energía,
vista lateral.
La luz solar
dorada fluye desde encima del aura y entra por el chakra de la
coronilla.
Fluye desde la
coronilla descendiendo por la parte posterior de la columna,
rodea la
rabadilla, sube por la parte frontal de la columna y vuelve a
salir por la coronilla.
FIGURA 3b:
Flujo de energía,
vista frontal.
Después de que la
luz solar dorada ha descendido por la parte posterior de la
columna,
rodeado la
rabadilla y ascendido por la parte frontal de la columna hasta
el chakra de la garganta,
la energía dorada
se divide en 3 partes iguales.
Dos porciones
bajan por los brazos y salen por las palmas de las manos.
La tercera parte
fluye por la cabeza saliendo del cuerpo a través del chakra de
la coronilla.
Abre los chakras de los pies
inhalando a través de ellos y adoptando la intención despejada
de recibir lo que te dé. La energía fluirá desde los pies por
las piernas ascendiendo al primer chakra donde se mezclará con
la energía cósmica en ascenso.
Nota: Si tienes tendencia a absorber el dolor o la
energía oscura del planeta, coloca un filtro de luz violeta de
unos 115 cm2 de ancho por 15 a 20 de espesor bajo los pies. Esto
lo solucionará.
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Paso optativo: A veces querrás
sintonizar con ciertos lugares del planeta donde exista dolor y
oscuridad o pedirás que se te muestren. Visualiza que llenas y
rodeas esos lugares con fuego violeta. Mantén la visión sanadora
hasta que veas o sientas una liberación y transmutación de las
energías. En áreas donde el mal es crónico pueden hacer falta
varias sanaciones hasta que se note un cambio significativo.
Ahora pon el flujo de energía de la Tierra en automático y
reanuda la meditación normal. Si todavía no has desarrollado un
estilo de meditación, puedes simplemente observar tu respiración
para crear un punto de enfoque, o repetir una y otra vez una
afirmación como «yo soy el que soy» o «estoy lleno a rebosar de
luz y amor divinos», o simplemente fija la vista en la llama de
una vela, rechazando cualquier pensamiento que te venga a la
mente.
Cuando hayas terminado devuelve los
dos indicadores de energía, cósmica y terrestre, a la posición
manual. Vuelve a comprobar tu conexión a la tierra, abre los
ojos y sigue con tu vida diaria. Si te sientes sobrecargado de
energía, dobla el cuerpo hacia delante de modo que cabeza y
brazos cuelguen y las manos toquen el suelo mientras respiras
profundamente. Puedes hacerlo sentado o bien de pie con las
rodillas flexionadas y los pies separados. A esto se le llama
«inclinarse y volcar todo».
Se recomienda que hagas fluir energía
durante un mínimo de diez minutos en cada sesión para obtener los
mejores resultados. Mientras fluya, utiliza la técnica de meditación
que desees. Si te cuesta mantener la luz dorada
y las energías de la Tierra fluyendo cuando dejas de dirigirlas
conscientemente, adopta como foco de la meditación la imagen del
flujo a través de los canales. Después de hacerlo unas cuantas
veces, podrás poner el proceso en automático y seguir con otra
técnica de meditación o autosanación mientras la energía sigue
fluyendo.
Mantenimiento de una casa psíquicamente
despejada y segura
El último procedimiento para crear unos límites sanos y una
protección psíquica es para la casa. También se puede usar para
despejar cualquier otro lugar en el que estés temporalmente, como un
hotel o la casa de alguien donde te encuentres de visita. Aunque no
lo había comentado aún, una funciónimportante de los límites sanos
es nuestro alejamiento de los planos astrales inferiores. Éstos
comprenden la sub-tercera, cuarta y quinta dimensiones donde viven
los seres y entes oscuros, así como las formas de pensamiento
negativas creadas por los seres humanos. Es el lugar donde se
generan y a menudo se sufren las pesadillas.
Cuando te duermes por la noche abandonas el cuerpo físico a través
de la vía llamada «cuerpo astral». El cuerpo astral viaja
literalmente a través del espacio-tiempo y más lejos incluso, ya sea
a los planos astrales inferiores o a los planos superiores de Luz.
Lo segundo es mucho más recomendable. Al someterte a distintas
experiencias durante el viaje astral, a veces se convierten en
sueños tuyos.
Estos sueños te ayudan a ser más
consciente y a curar el subconsciente. A veces, emociones y traumas
pasados se liberan por medio del cuerpo astral. Otras veces puede
que vayas a dimensiones superiores y recibas cierta formación
espiritual o sanación. Puede que repases vidas pasadas a fin de
asimilarlas y así crecer. Éstas son sólo algunas de las
posibilidades.
Tener unos límites sanos mientras duermes es esencial para tener
unos límites sanos durante la vigilia. Si tu cuerpo astral está
dañado en los planos astrales inferiores, las zonas homólogas de tus
cuerpos físico y etérico quedarán psíquicamente vulnerables a
cualquier ataque o invasión de frecuencias de energía inferiores. El
cuerpo astral en estado de vigilia crea una protección muy efectiva
para todo tu campo energético.
Cuando se daña, la función protectora
está en peligro. Debido a la ley de magnetismo psíquico -«Las
frecuencias iguales se atraen»-, si durante el sueño el cuerpo
astral ha asimilado dolor, daño o miedo, magnetizarás los mismos
tipos de frecuencias inferiores hacia el aura, chakras o el mismo
cuerpo cuando estés despierto. Serás mucho más vulnerable al ataque
psíquico o a la invasión de los entes que vibran al mismo ritmo y
viven del miedo y del dolor. Su objetivo principal es mantenerte en
estado de miedo, dolor y confusión para seguir teniendo su «caldo de
cultivo».
Recuerda, nada puede entrar en tu campo
de energía si algo en ti no lo magnetiza.
De la misma manera, si vas a planos superiores durante el sueño y
experimentas una sanación, un aprendizaje, amor o un despertar
espiritual, esas frecuencias se transferirán al espacio que ocupa el
cuerpo físico cuando vuelva el cuerpo astral y despiertes.
¿Recuerdas haber tenido sueños de volar y despertarte sintiéndote
lleno de luz y felicidad? Quizá recuerdes haber pasado por
situaciones de aprendizaje espiritual durante el sueño y despertarte
recordándolas y aplicando en la vida lo aprendido. Estas últimas
experiencias representan la intención del tiempo de sueño; otra
intención es la de despejar el subconsciente.
Para que tanto la sanación como el aprendizaje puedan darse, es
vital que tu casa y tu aura se encuentren despejadas de toda
influencia astral. Puedes conseguirlo usando variaciones de lo que
ya conoces para mantener los límites personales despejados. Además,
existe una invocación que ancla las energías de dimensiones
superiores en tu casa, en el trabajo o en cualquier otro lugar. Para
simplificar el proceso las instrucciones se refieren únicamente a la
casa como el lugar a despejar. Puedes adaptar el proceso a tu
situación en cada caso o necesidad.
Sigue estas instrucciones para despejar tu casa:
-
Coloca un cordón de luz de conexión
a la tierra que abarque el suelo de tu casa o tu piso. Haz que
se prolongue hasta el centro de la Tierra.
-
Visualiza un sol dorado de unos
setenta cm de diámetro en el centro de tu casa.
-
Expande gradualmente el sol dorado
hasta que llene y rodee el espacio que ocupa tu casa.
-
Rodea el sol dorado de un muro de
luz violeta de 130 a 260 cm de espesor.
-
Afirma: «Esta bola de luz violeta
permanecerá intacta hasta que yo vuelva a repetir el
procedimiento. Que así sea».
-
Pronuncia seguidamente esta
invocación: «En el nombre de Yo Soy El Que Soy, ordeno que esta
casa y sus cimientos se llenen de luz dorada de la Ciudad de Luz
donde moran los Maestros Ascendidos. Sólo aquello de naturaleza
divina podrá entrar. Todo aquello ilusorio e inferior a lo
divino debe partir. Así quedará. Que así sea».
Utilizar la frase «Yo Soy El Que Soy»
equivale a decir «la Presencia Divina de Dios/ Diosa» en oposición
al ego «yo».
Cuando utilizas esta frase o afirmación,
vas a dar una orden en nombre de la conciencia misma de Dios/ Diosa.
Es una afirmación muy poderosa llamarse a uno mismo «Yo Soy» y
deberías hacerlo con cuidado y sólo de forma positiva y creativa.
Cada vez que dices «yo soy...» y luego
terminas la frase de manera definitiva, aunque sea casualmente,
estás identificando tu esencia con lo que dices. Por ejemplo, puedes
decir, «soy rencoroso» o «soy cariñoso» y la afirmación define
literalmente tu esencia como una cualidad.
La segunda parte de la invocación afirma: «...luz dorada de la
Ciudad de la Luz donde moran los Maestros Ascendidos...» Se refiere
a la dimensión superior, «lugar donde moran» los seres que un día
estuvieron encarnados en la Tierra, fueron iluminados y murieron o
ascendieron.
Estos Maestros Ascendidos -o Gran
Hermandad Blanca, como también son llamados-permanecen en la Ciudad
de Luz para ayudar a otros seres vivos en su viaje espiritual hacia
la iluminación y la ascensión. Te guían y te enseñan durante el
sueño y el estado de vigilia cuando estás preparado, deseoso y
disponible. Invocar a la luz donde moran es llenar tu casa con la
energía equivalente a la de un templo sagrado lleno de una luz de
frecuencia tan alta que sólo energías divinas y seres de intención
divina pueden soportarlo.
Utilizando este procedimiento podrás despejar tu casa de energías
negativas y astrales en muy poco tiempo y empezar gradualmente a
sentir una mayor paz y sensación de bienestar en tu nuevo templo.
Eso te ayudará a tener un sueño más positivo.
Seguramente querrás repetir este proceso un par de veces por semana.
A medida que tu casa está más despejada repite el procedimiento para
despejarla cuando sientas la necesidad. Yo lo realizo una vez por
semana como rutina porque me sienta bien.
Por la noche, antes de acostarte, sigue estos pasos:
-
Rodea tu aura de una burbuja
violeta.
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Pide a tu ángel de la guarda que
vigile y mantenga tu cuerpo seguro toda la noche mientras
duermes.
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Repite esta declaración: «En el
nombre del Yo Soy El Que Soy ordeno que mientras mi cuerpo
duerme, yo solamente viaje a los planos superiores de Luz
Divina. Que así sea».
Realizando este procedimiento a la hora
de ir a la cama puedes dormir mejor. Es especialmente importante si
tienes la tendencia a experimentar miedo o inquietud.
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